BLANCHE, HABLA O REVIENTA (Cortometraje, 2010. +extras: diseños, bocetos y referencias sobre The Tennesse Williams´Blanche Dubois Horror Picture Show)


collage para los títulos de créditos de Blanche, habla o revienta



























(MIRANDO A LA DERECHA):
Srta. du Bois, le traigo su medicación.

(MIRANDO A LA IZQUIERDA):
Gracias, pero creo que se ha equivocado de mesa, yo pedí un whiskey con agua...

(DCHA.):
Colabore, se lo ruego, Srta. du Bois...

(IZQ.):
Soy yo, o usted también se siente ridícula al escuchar cómo le piden que colabore a una mujer maniatada... y llámeme Blanche por favor. Cuando la gente se relaciona sólo con mi cabeza prefiero que la llamen por su nombre de pila.

(DCHA.):
No me cree más problemas Blanche, yo solo hago mi trabajo.

(IZQ.):
Me aterra usted enfermera, siempre me aterraron los profesionales de cualquier campo, y la medicina va camino de llevarse la palma.

(DCHA.):
Srta. du Bois, mi profesión es una de las más, si no la más bienintencionada.

(IZQ.):
¿Ha escuchado usted el refrán que dice “De buenas intenciones está empedrado el camino al infierno? Los refranes son curiosos como la crueldad de las personas ¿no cree? Nunca sabes de dónde procede.




El texto tiene sus añitos, se publicó en la sección "fuera de lugar" del Peródico Diagonal e intenté poner en pie como cortimetraje más de una vez y más de dos, y de los intentos fallidos aprendí que para sacar a Blanche del negro sobre blanco tenía que levantar las narices del papel y buscar a una mujer que, más que recitar, más que actuar, fuera capar de cautivar, de enternecer y de dar un poco de miedo también. Todo esto sin olvidar que no le debía importar salir hecha un espantajo.
Vane ( Uve de Vane en los créditos) apareció detrás de la barra de un bar. Un bar tremendo, pequeño pero matón, situado en una zona de bares de Málaga donde suelen ir universitarixs, pero que cuando entraban en el bar donde yo encontré a mi Blanche salían por patas ante la poca sutileza de la dueña del bar y de sus parroquianos.
Vane servía con mucha diligencia, sonriente, lista y muy graciosa, muy rápida en el humor, en un ambiente muy abotargado por el alcohol.
Me cautivó cuando me cantó una canción de Martirio "Se dice" y enseguida, tirando de ese hilo nos dimos cuenta de todo el mundo en común que compartíamos.
Empezamos a ensayar rápidamente, ella era muy obediente y yo también, porque le estaba tan agradecido por ayudarme a hacer realidad el proyecto que le dejaba que me mandara un poco también, para algo era la estrella. (Con decir que retrasamos el rodaje para que viera las carreras de motos por la tele)
La versión malagueña de Blanche cambiaría el whisky de la primera línea de "Blanche relato" por un descafeinado sombra con baileys (homenaje al código que usan en esta ciudad para pedir el café incluyen sombra, medio, nube y no sé cuantos más términos de proporciones entre café y leche)

La localización remite al teatro dentro del cine y la referencia es , además de la obvia del tranvía, Openig Night de Cassavettes.


Aquel escenario hecho tan a mala leche con las fotos de una viejita que atormentaban a una Gena Rowlands obsesionada con envejecer tendrá su réplica en nuestro montaje. De hecho el uso de la foto que hace Cassavetes en sus películas como en la irrepetible introducción de "Husbands" está presente en el diseño de escenografía.





La caracterización del personaje, teniendo en cuenta que han pasado muchos años y Blanche ha envejecido, es una referencia a otra gran "demente madura" de la Historia del cine: la Baby Jane de Bette Davis.









La paquera de Jerez que siempre cantaba agarrá a una, o dos sillas, es sin duda un paradigma de persona que habla o revienta. Divine de Pink Flamingos tampoco se cortaba un pelo. A diferencia de la escenografía de Cassavetes lo que busca esta es arropar al personaje que ya bastante hundido está, debe funcionar como un público lleno de brazos en alto y bocas en grito para el speech-revancha de Blanche.





La opción de rodar en color está ahí. La inspiración serían los colores de la sagrada cartelería de Gustav Klucis, ¡qué me gusta a mí un diseñador ruso de principios del siglo veinte! Pero a día de hoy creo que será Blanco y Negro como "El Tranvía". Boceto de escenografía para Blanche.

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